Vivian Azárievich Itin nació en Ufá en 1894, en el seno de una familia ortodoxa. En 1913 empezó sus estudios superiores en San Petersburgo, primero en el Instituto de Neuropsicología y después en la Facultad de Derecho. En esa época se inició literariamente con diversos poemas; en 1917 había empezado a escribir ya su primer relato en prosa, entonces titulado «El invento de Ryell», que presentamos en esta edición. Ese mismo año, los juzgados en los que entró a trabajar se trasladaron a Moscú, lo cual le obligó a separarse de la mujer que amaba, Larisa Reichner, hija de uno de sus profesores.

En 1918, mientras visitaba a su familia en Ufá, el frente de los «blancos» contrarrevolucionarios le impidió volver a Moscú. Encontró trabajo como traductor en la delegación estadounidense de la Cruz Roja, con la que se desplazaría a Siberia. Más adelante dejaría la misión norteamericana para unirse al frente bolchevique. En 1920 obtuvo un puesto en el Departamento de Justicia de Krasnoiarsk y colaboró en el periódico Krasnoiarski Rabochi [Krasnoiarsk obrero]. Poco después se casó con la actriz Arguipina Chirikova y se trasladó a Kansk, donde trabajó para el nuevo gobierno revolucionario en funciones jurídicas y de propaganda. En esa época consigue hacerse con el manuscrito original de «El invento de Ryell» y decide transformarlo en un relato utópico con el título de «El país de Gónguri» (nombre elegido en homenaje a la escuela de Góngora de nuestro Siglo de Oro), que entregaría para su edición al periódico Kanski Krestianin [El Campesino de Kansk] en 1922. Empezó a colaborar también en la revista Sibirskie Ogñí [Luces de Siberia], de la que años después sería redactor jefe.

Desde 1923 viviría en la actual Novosibirsk, donde publicaría ese mismo año una recopilación de sus poemas, El sol del corazón y el relato antibélico Urambo. Siguió atentamente los avances de la aviación y se dedicó a viajar; participó en diversas expediciones marítimas, que dejaron su impronta en la novela La ballena blanca (1933). En la década de 1930 continuó su actividad literaria y poética, pero lo publicado en la revista que dirigía despertó los recelos de la censura estalinista. Finalmente, fue detenido en 1938, acusado de espionaje a favor de Japón, y fusilado ese mismo año en Novorrosisk.

El mejor fruto que dio la pluma de Itin es, sin duda, «El país de Gónguri (El invento de Ryell)», escrito en 1917 y publicado por primera vez en 1922. La atmósfera futurista y onírica con que el autor envuelve la narración lo convierte en un relato sugestivo, fascinante y al mismo tiempo romántico al retratar tanto la grandeza como las miserias del género humano. La apertura a otras realidades (futuras, en este caso) y el potencial psíquico del hombre están presentes en un texto que no solo se anticipa a la Gran Guerra por venir (intuye además el uso de armas químicas y nucleares), sino que presagia sucesos de la propia vida del autor, como si de un mal presentimiento se tratara...

 

Pioneros de la ciencia ficción rusa: Volumen II. – Barcelona: Alba, 2015. – P. 135-137. – (Rara Avis).

 

© Alberto Pérez Vivas, текст, 2015